Historia de Lux Elementalista

La historia de Lux Elementalista, Luxanna, la Dama Luminosa o como le gusta ser llamada: Lux , es una de las historias más emotivas y mejor desarrolladas que encontramos en League of Legends. Antes de sumergirnos en la Ultima Luz– así se titula historia- hablemos un poco sobre la biografía de la Dama Luminosa.

Quién es Lux

Lux proviene de la ciudad Demaciana de Meraplata Alta. Su familia rige la protección del rey demaciano gracias a que su abuelo lo salvó de la muerte en la Batalla Colmillo de la Tormenta. Su hermano Garen al tener el mismo compromiso por su ciudad y por su rey decide enlistarse en el ejército, esto trajo como consecuencia que la Dama Luminosa llevará sobre sus hombros la responsabilidad de las propiedades de su familia, cosa que no es de su agrado.

Un día Lux es atacada por animales feroces, sin más de su interior apareció una luz mágica que la libró de la muerte. A partir de ese momento su vida cambió para siempre. Ya su única preocupación no era la molesta tarea de cuidar el legado familiar, sino el miedo a que la magia le cambiará su corazón a una roca oscura. En ese momento en Demaciana estaba prohibida la magia y era una abominación su uso.

Así es cómo Lux encuentra la maga en su interior , y no la hizo de corazón oscuro. Sus ganas de ayudar y cuidar a su pueblo se mantuvieron latentes, y en su historia está más que comprobado.

La Última Luz

Lux recorría las ruinas de murallas y barbacanas defensivas mientras visualizaba metros y metros de escombros que había dejado por su paso el terremoto en Terbisia. En su transitar encontró una enfermería creada con la premura del momento. Lux nunca en su vida había visto tanta destrucción, no solo se trataba de edificios vueltos cenizas, sino de la cantidad de hombres y mujeres con vidas destrozadas y con la poca esperanza de conseguir supervivientes.

Impotente de poder remediar la situación decidió ingresar a la enfermería para ayudar de alguna manera. Aunque la magia vivía en su interior, no podía sanar con ella, sin embargo estaba decidida a ayudar a los convalecientes. Sin más entra a la tienda improvisada con la errada creencia que soportaría lo que vería dentro.

Al ingresar su asombro al llegar a la ciudad en ruinas no fue nada comparado con el pasmo que sintió al ver el ambiente interior de la enfermería. Encontró llantos, lágrimas, sangre, lamentos, sufrimiento, miedo y además vio una cara conocida, el doctor cirujano Alzar. Se acercó a él para llamar su atención, por un momento Alzar no la recordaba. No obstante, la recordó y la llamó por su nombre de prestigio: Lady Crownguard. Ella le preguntó qué podía hacer, él respondió que nada y que se ahorrará el dolor de estar allí.  Sin embargo la terquedad de demaciana no se lo permitió e igualmente le insistió al doctor.

Él decidió llevarla hasta un joven moribundo con el cuerpo destrozado a causa de haber sido tapiado por escombros, sus ojos estaban cubiertos con una venda totalmente ensangrentada.  El joven con cuerpo destrozado había tenido la decisión heroica de salvar a una familia dentro debajo de los escombros ocasionados por el primer terremoto.  Luego de lograr su rescate siguió buscando supervivientes, en un momento un edificio se derrumbó sobre él causándo que sus pulmones quedarán aplastados y sus ojos destrozados por los cristales de la estructura.

No le quedaba mucho tiempo de vida por lo que el doctor Alzar le propuso a Lux que lo acompañará en sus último momentos.  Al quedarse a solas con él, cada segundo la Dama Luminosa sentía como su corazón se desquebrajaba al verlo en tal condición. Ella tomó su mano e inmediatamente despertó exclamando que no podía ver nada. Ella le pregunto su nombre y el respondió Dothan. Luego de un intercambio de palabras y de conocerse un poco mejor el tiempo del valiente era cada vez menos.

En sus momentos finales Dotan le hizo saber a Lux que quería volver a ver la luz de Demaciana. En ese instante dentro de la Dama Luminosa la magia comenzó a agitarse. Sin embargó gracias a lo que había aprendido con los Iluminadores evitó que se saliera de control – cosa que pasaba cuando se emocionaba-. Acto seguido colocó sus manos en los ojos del valiente hombre y dejó que su magia fluyera hasta la parte de sus ojos que aún estaba sana y de esta manera le brindó a un moribundo la posibilidad de admirar una última luz antes de partir.

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